marzo 21, 2024

Reproduccion de los artropodos

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Reproduccion de los artropodos

Cómo se reproducen los artrópodos

Los artrópodos (/ˈɑːrθrəpɒd/, del griego antiguo ἄρθρον (arthron) ‘articulación’, y πούς (pous) ‘pie’ (gen. ποδός) son animales invertebrados con exoesqueleto, cuerpo segmentado y apéndices articulados por pares. Los artrópodos forman el filo Euarthropoda,[1][3] que incluye insectos, arácnidos, miriápodos y crustáceos. El término Arthropoda (/ɑːrˈθrɒpədə/), tal y como se propuso originalmente, hace referencia a una agrupación propuesta de Euartrópodos y al phylum Onychophora. Se distinguen por sus extremidades articuladas y su cutícula hecha de quitina, a menudo mineralizada con carbonato de calcio. El cuerpo de los artrópodos está formado por segmentos, cada uno con un par de apéndices. Para seguir creciendo, tienen que pasar por la muda, que les hace perder la piel. Los artrópodos son bilateralmente simétricos y su cuerpo posee un esqueleto externo. Algunas especies tienen alas. Son un grupo extremadamente diverso, con hasta 10 millones de especies.
La hemocélula, cavidad interna de un artrópodo, alberga sus órganos interiores y por ella circula su hemolinfa -análogo de la sangre-; tiene un sistema circulatorio abierto. Al igual que su exterior, los órganos internos de los artrópodos suelen estar formados por segmentos repetidos. Su sistema nervioso es en forma de escalera, con cordones nerviosos ventrales pareados que recorren todos los segmentos y forman ganglios pareados en cada uno de ellos. Sus cabezas están formadas por la fusión de un número variable de segmentos, y sus cerebros están formados por la fusión de los ganglios de estos segmentos y rodean el esófago. Los sistemas respiratorio y excretor de los artrópodos varían, dependiendo tanto de su entorno como del subfilo al que pertenecen.

La digestión en los artrópodos

Los ciclos vitales de los artrópodos implican una serie de cambios estructurales conocidos como metamorfosis, cuya secuencia real varía según los distintos grupos de parásitos. La metamorfosis completa comienza cuando los adultos ponen huevos de los que nacen las larvas (Figura 15A). Las formas larvarias crecen y mudan su piel (muda) varias veces, cada vez para acomodar su aumento de tamaño. Las larvas pueden vivir libremente o depender de sus hospedadores para alimentarse. Finalmente, se forma una estructura de cubierta dura llamada pupa, que puede tener la capacidad de sobrevivir al invierno. La pupa eclosiona y se convierte en el parásito adulto, la etapa final de la metamorfosis. Por tanto, hay cuatro etapas distintas en el ciclo vital: huevo, larva, pupa y adulto. La metamorfosis incompleta implica una larva que crece y muda una o más veces para convertirse en una forma parecida a la del adulto, conocida como ninfa, que a su vez crece y muda una o más veces para convertirse en adulto (Figura 15B). En este caso sólo hay tres estadios distintos, a saber, huevos, larvas y adultos inmaduros (ninfas) que crecen hasta la madurez sin más cambios en el tipo de cuerpo.

Insectos

Aunque la mayoría de los artrópodos se reproducen a través de la reproducción sexual directa y ponen huevos, hay mucha más diversidad aparte de eso. Veremos varias características y métodos de reproducción y repasaremos algunos ejemplos de especies que utilizan cada tipo.
¿Qué son los artrópodos? Cuando piensas en mosquitos, cangrejos o arañas, lo más probable es que te imagines animales completamente diferentes, ¿verdad? ¿Y si te dijera que estos animales están de hecho relacionados? Los tres pertenecen al filo Arthropoda y se llaman artrópodos. Imaginando los animales anteriores en tu cabeza, deberías ser capaz de imaginar sus patas segmentadas, sus cuerpos segmentados y su exoesqueleto, el esqueleto exterior de su cuerpo. Estas son algunas de las características básicas que separan a los artrópodos de otros filos de animales. Los artrópodos tienen una importante cavidad corporal dividida en compartimentos y llena de sangre. Se llama hemocoel. En los artrópodos, estos compartimentos llenos de sangre mantienen sus órganos constantemente bañados en sangre, lo que les ayuda a sobrevivir. Es en uno de estos compartimentos llenos de sangre donde existe el sistema reproductor.

Los artrópodos se reproducen sexual o asexualmente

Los artrópodos (/ˈɑːrθrəpɒd/, del griego antiguo ἄρθρον (arthron) ‘articulación’, y πούς (pous) ‘pie’ (gen. ποδός) son animales invertebrados con exoesqueleto, cuerpo segmentado y apéndices articulados por pares. Los artrópodos forman el filo Euarthropoda,[1][3] que incluye insectos, arácnidos, miriápodos y crustáceos. El término Arthropoda (/ɑːrˈθrɒpədə/), tal y como se propuso originalmente, hace referencia a una agrupación propuesta de Euartrópodos y al phylum Onychophora. Se distinguen por sus extremidades articuladas y su cutícula hecha de quitina, a menudo mineralizada con carbonato de calcio. El cuerpo de los artrópodos está formado por segmentos, cada uno con un par de apéndices. Para seguir creciendo, tienen que pasar por la muda, que les hace perder la piel. Los artrópodos son bilateralmente simétricos y su cuerpo posee un esqueleto externo. Algunas especies tienen alas. Son un grupo extremadamente diverso, con hasta 10 millones de especies.
La hemocélula, cavidad interna de un artrópodo, alberga sus órganos interiores y por ella circula su hemolinfa -análogo de la sangre-; tiene un sistema circulatorio abierto. Al igual que su exterior, los órganos internos de los artrópodos suelen estar formados por segmentos repetidos. Su sistema nervioso es en forma de escalera, con cordones nerviosos ventrales pareados que recorren todos los segmentos y forman ganglios pareados en cada uno de ellos. Sus cabezas están formadas por la fusión de un número variable de segmentos, y sus cerebros están formados por la fusión de los ganglios de estos segmentos y rodean el esófago. Los sistemas respiratorio y excretor de los artrópodos varían, dependiendo tanto de su entorno como del subfilo al que pertenecen.